jueves, 10 de enero de 2008

19 de diciembre

Aprovechando que quedaban pocas horas para regresar a casa, decidí hacer las compras navideñas pertinentes. Para este año me propuse hacer regalos graciosos, pequeñas chorraditas que alegraran a la gente. Para mis hermanas tenía reservados unos pósters, pero para el resto estaba más difícil la cosa, así que me decanté por cajas de bombones con sabores exóticos (algo que no pudiera encontrarse con facilidad en los supermercados de España) y para los amigos, mucho chocolate Kinder de productos exclusivos para Alemania, que para algo estaba en Kinderland.

Antes de terminar la tarde y ponerme a preparar la maleta, me puse mi boina y di un paseo por el parque cercano a mi casa. No estaba triste ni melancólico por regresar a casa y dejar atrás Köln, porque sabía que volvería, pero me sentía dividido entre las ganas de regresar a casa y quedarme, porque echaría de menos mi vida alemana. Compré finalmente unos detallitos más para mis padres y hermanas y me recluí en el piso hasta el día siguiente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca había escuchado lo de la tortilla de jamón, más español que la de patatas nada eh xD
Lástima que ahora con los kinders no regalen las colecciones de muñecos sino ya tendrías todas xD

Jeparla dijo...

¿No regalan muñequitos? Si esa es la gracia para que los niños los compren!

mimotaku dijo...

Nah, es una tortilla francesa con jamón, nada del otro mundo xD
Regalan muñequitos, pero son tan anodinos y aburridos que no tienen nada que hacer con los que se regalaban antes.
Ahora he madurado y me he pasado a algo más adulto: Kinder Bueno xD (que por cierto, aquí se llama tal cual)