miércoles, 7 de noviembre de 2007

01 de noviembre

Día de reposo en media Europa. En Alemania es festivo, aunque no hubo puente este año. Se celebra también la festividad de “todos los santos” (recordad que en este país el Cristianismo es la religión preponderante). Le pregunté a Dennis acerca de lo que solía hacerse extraordinariamente el primer día de noviembre y concluí que es muy similar a lo que se hace en España: la gente visita los cementerios para limpiar las lápidas de sus difuntos y poner flores. En cambio, me motivó documentarme sobre otras festividades en el mundo y curioseé en internet acerca de México, país donde la celebración es mucho más amena: tienen picnics, montan altares y celebran singulares carnavales. No me agrada la idea tan triste que se asocia con la muerte en Europa. Es un proceso más del ciclo vital pero no vamos a ponernos metafísicos hoy, ¿no?

Me levanté sobre la hora de comer pues estaba cansado de la noche anterior. Comí con Renaud (“Reddi” para los amigos) e iniciamos una conversación en “alemanglish”, puesto que quería practicar un poco de alemán con él que no se manejaba todavía muy bien con el inglés, pese a que me dijo que asistía a clases que daba la Fachhoschule. En un principio empezamos con una especie de entrevista a dos bandas, contando cada uno sus motivos de venir a estudiar a este país y cómo empezamos a estudiar su idioma. Renaud eligió Alemania porque había aprendido alemán en el instituto. Me comentó que estuvo viviendo en otros pisos, con su primo cuando llegó por primera vez, que en su país (Marruecos) hay mucho turismo alemán y que está pluriempleado. Algunos datos los conocía de oídas por lo que esporádicamente me comentaban él y Dennis.

De pronto, la conversación se tornó multicultural pues salió el tema de que las culturas española y marroquí no eran muy diferentes. Sobre todo el sur de nuestro país tiene muchas similitudes. Puede decirse que en muchos aspectos nos sentimos más cercanos a ellos que a los alemanes, aunque también es lógico por la distancia. Entonces fue cuando le comenté que si estaba al tanto de los conflictos de la emigración de su país a España y me dijo que sí, que era consciente de toda la problemática. Coincidimos en que a los inmigrantes se les trata muy mal y que la gente no es tolerante. A pesar de todo, la conversación fue tranquila y siempre mantuvo despierto nuestro interés. También repasamos a fondo el problema de la droga, un tema que afecta en gran medida a los dos países.

Bromeamos un poco con un par de situaciones que no sacamos de contexto, porque fuera quedarían ofensivas. Por la tarde, contacté con mis familiares que estaban congregados por el puente. Como veis, no solo me preocupo por mis aficiones y obsesiones particulares. De vez en cuando (muy a menudo aunque no os lo parezca) también dedico parte de mi tiempo a reflexionar sobre lo que acontece en el mundo.

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