domingo, 18 de noviembre de 2007

15 de noviembre

Solo tuvimos una clase aquella mañana para nuestro regocijo. Quedé para comer con Rocío y Laura en la mensa nuevamente (en esta semana casi no pisé el suelo de mi piso salvo en el fin de semana, y porque tocaba limpiar). Rocío estaba algo alterada porque venían unas amigas suyas y tenía que estudiar para un examen con el que tendría que lidiar la semana siguiente. En cambio, nosotros estábamos alterados pero por un motivo muy diferente y es que el conocido y controvertido director de cine David Lynch iba a dar una conferencia aquella tarde en la universidad.

Rocío (de Málaga) me llamó para decirme que llegaría tarde pero me indicó donde debía ir porque no el aula de la conferencia estaba apartada del campus. Al final fuimos Laura, Thomas y un servidor. La sala estaba completamente llena minutos antes de que comenzara (ya he sugerido en anteriores ocasiones que estos germanos son muy metódicos). Tuvimos que esperar unos minutos, que aprovechamos para reírnos intentando apostar por cuales serían las preguntas más frikis que le harían a Mr. Lynch. Pasado un tiempo, por fin el público pareció responder al comité que presidía la mesa, con la llegada del célebre director acompañado por tres hombres vestidos de blanco, como si fueran sacerdotes. Nos miramos entre nosotros extrañados pues la presencia de estos señores nos escamó.

El evento se dividió en dos partes: primero una rueda de preguntas a David Lynch y finalmente una rueda de prensa a cargo del resto de miembros de la comitiva “Fundación David Lynch”. Solo nos quedamos a las preguntas y el comienzo del resto de explicaciones. Fue un poco decepcionante, si bien el asunto empezó siendo de lo más interesante, con preguntas de tema político bastante comprometidas, en los que D.L. mostró una actitud progresista (aunque como le dije a Rocío, que apareció más tarde, no es de extrañar, si bien la mayoría de los directores americanos de cine independiente contrarían la política de Bush). Pese a que las preguntas eran de lo más variado, este señor siempre lo llevaba a su campo: todo lo resolvía apelando a la meditación, a la auto-reflexión interior, apostando por la unidad y armonía en todo. Fue un discurso de corte hippie y pacifista aunque esa tendencia a unificarlo todo en mi opinión no es sana, la variedad es necesaria para evitar totalitarismos.

Pese a todo, también hubo un par de preguntas desaprovechadas, como fueron la de si “¿usted consume LSD?” mofándose del discurso, o la de si “¿Vd. tiene un tic en la mano?” (mientras hablaba, gesticulaba muchísimo con la mano que le quedaba libre del micrófono, a modo de orientación en sus respuestas), aunque en general las preguntas (pese a que apenas podíamos escucharlas por la mala acústica de la sala) se centraron en sus ideales. Esperábamos más explicaciones acerca de su faceta artística, principal motivo por el que asistimos al evento. Fueron escasas pero estuvieron bien, en concreto cuando habló de la posible continuación de Twin Peaks (dio una pista acerca de ella, la cual puede intuirse en Twin Peaks Fire walk with me, en la escena en la que aparece Annie) y la respuesta que dio a la interesante pregunta “si Vd. Habla de la unificación y la armonía, ¿por qué sus películas son tan caóticas y fragmentadas?”: “que en las películas se muestre sufrimiento no significa que la persona que las realiza sufra. El arte es el medio de expresión para aquello que se quiere sugerir. De todas formas, es posible entender mis películas con meditación, intentando trascender, ir más allá.”

Cuando todo parecía ponerse más interesante, el conferenciante dio paso a la presentación del resto de ponentes. Le di un codazo a Laura diciéndole en broma que los tres señores vestidos con togas blancas eran los tres reyes magos (que según la leyenda, están enterrados en la catedral de Colonia). Al momento, ellos mismo dijeron una broma en alemán y todo estalló en risas. Le preguntamos a Pablo (que se acababa de incorporar) que qué habían dicho y resultó ser la misma broma…

Vimos que aquello degeneró porque la atención se dirigió a la Fundación David Lynch para la meditación, que tenía pinta de ser un completo comecocos. Nuestras sospechas se confirmaron y aquello tomó un cariz muy sectario que no nos convencía en absoluto. En vez de atender a las absurdas e improcedentes explicaciones de los miembros de la estrambótica fundación nos dedicamos a debatir entre nosotros si realmente David Lynch compartía los ideales de esa comitiva, porque tenía una cara como queriendo decir “estos no saben ni lo que dicen, me lo pensaré dos veces antes de poner mi nombre a algo, pero el dinero me hace falta”. Nos reímos porque su cara de extrañeza cambió a una de una persona comiendo uvas. Sin duda desprendía carisma, lástima que la calidad de mi cámara de fotos sea tan mala (pésima para regular la luminosidad. Laura y Thomas se partían de risa viendo que con sus móviles las fotos eran más nítidas).

Salimos despavoridos al igual que la mayoría de la audiencia y de paso rescatamos a Rocío del comecocos al que pretendían someternos. Dio un poco de vergüenza ajena el encontrar semejante despropósito en la universidad, en la que se supone el pensamiento debe de ser libre. Nos separamos en dos grupos y en el que yo iba fuimos a cenar a Neumarkt en un Kebap en el que Thomas estaba realmente interesado. Estuvimos charlando y riendo y de paso comenzamos a planear posibles viajes a ciudades europeas cercanas.

Finalmente, nos reunimos con Sergio, Neri y unos amigos suyos en un local donde solamente ponían música jazz. Se estaba muy bien con aquel apacible ambiente y nos entretuvimos durante un rato largo. Lo último que cabe mencionar es que la despedida fue atropellada pues cada uno tuvimos que correr hacia el último tren que nos llevaba a casa, formando una escena bastante cómica.

Thomas ("Tomatino") y Laurilla
A punto de vomitar por lo penoso que fue el discurso
Robando la cámara...
...Men in White...
David Lynch, el de la corbata amarilla
Para suplir la mala calidad de las fotos, imaginad que no para de mover la mano
Con el zoom al máximo y mi pulso fue lo máximo que conseguimos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Has conocido al Tito Lynch en persona!! Aunque estuvieras a 10 metros eso significa conocer XD
Que mal rollo que luego fueran a comer el tarro y no le dejaran explicarse a este hombre, aunque donde este el tito Cronenberg :P :P

mimotaku dijo...

Lynch vs Cronenberg!!
¿Quién emparanollará más y con mayor rapidez al personal? Se abren las apuestas