sábado, 10 de noviembre de 2007

04 de noviembre

Al despertarme al día siguiente me sentía todavía cansado de la caminata del día anterior. Fueron 9 horas en total, una cantidad razonable como para sentirse aliviado. Pero aún quedaba un asunto pendiente muy importante. Desde el fin de semana pasado, en mi barrio, junto al río, habían instalado una feria. Todos los días esperaba ansioso a poder pasarme alguna vez para ver las atracciones, puestos y chucherías. Me encantan los ambientes de feria y esta parecía pequeñita pero interesante.

La noche anterior conseguí quedar con Ruth y Marta para pasarnos a ver la feria, por lo que por la noche, sobre las 20:00h, quedamos allí mismo. Cámara en mano, me puse a capturar imágenes de los puestos y atracciones más llamativas, especialmente a la impresionante noria, que abanderaba con sus luces a todo el recinto. No resultó muy diferente a las ferias tradicionales que he visto desde siempre. Una de las mayores diferencias recaía en la comida que podía comprarse en los puestos: frente a los frutos secos estaba la fruta chocolateada, las crepes y las tortitas de chocolate. Las palomitas y las chucherías son también unas incondicionales a nivel internacional.

Compramos un par de cosillas y continuamos viendo las atracciones. Y digo viendo porque los precios eran más elevados de lo que imaginábamos. Las entradas costaban entre 3,50-5 euros por persona y eso unido a que las chicas no estaban dispuestas a subir en ninguna, hubiese sido muy triste montar solo en la noria o la montaña rusa, para qué negarlo. Eso sí, la estrella indudable de la feria fue Bob Esponja: había peluches y muñecos suyos por todos los puestos. Lástima que no se me den muy bien los juegos de tiro, que si no hubiesen caído un par de ellos.

Nos tomamos unas birras antes de ir a casa en un bar cercano a la feria. Desde el bar fuimos andando hasta casa, para que fuera conociendo mejor mi barrio. Al final resultaba que ya había recorrido algunas de las calles por casualidad anteriormente. Poco antes de regresar, vi el Köln Arena iluminado, una imagen impresionante pero que no puede apreciarse bien a menos que se haga en persona.

Así es como tristemente veía la feria desde casa...
...¡¡Y aquí la feria en todo su esplendor!!...









Sí, es un gancho gigante, no es que os lo parezca...
¡Qué mareoooo! (@_@)



El Köln Arena en vista nocturna

4 comentarios:

joseisidro dijo...

de donde te vendran las buenas sensaciones ante una feria, quizas de ciertas veces que siendo puequeñito engañastes a los vigilantes del dragon kan o de un viaje galactico en benalmadena, etc

Fanpy dijo...

Si hubiera estado yo, me habrían echado a patadas de los juegos de tiro... el otro día me miraron mal en el de las pistolas del parque de atracciones de Madrid al conseguir al segundo intento un peluche de mi hermana... no querían que repitiese xDDDD

Anónimo dijo...

Todas las ferias de noche dan miedo :S :S

mimotaku dijo...

Yo es ver cuatro bombillas de color encendidas y algo dando vuelta y me pongo tonto, ya veis...!!

Las ferias de noche molan, conozco la historia de unos chavales que fueron a una y llegaron a un mundo fantástico, lleno de seres extraños, el amo del calabozo, les dio poderes a todos... xD